El café es una de las bebidas más consumidas
El café es una de las bebidas más consumidas y apreciadas en el mundo, no solo por su delicioso sabor y aroma, sino también por sus múltiples beneficios para la salud. El café es una fuente de antioxidantes, compuestos bioactivos y cafeína, que tienen efectos positivos en el organismo. Estos compuestos ayudan a proteger las células del daño oxidativo y la inflamación, a estimular el sistema nervioso central y a regular el metabolismo. Gracias a ello, el café puede mejorar la memoria y la concentración, prevenir la depresión y el cáncer, proteger el corazón y el cerebro, mejorar el rendimiento físico y prevenir el estreñimiento, entre otros beneficios.
Para disfrutar de un café de calidad y aprovechar todas sus propiedades, es importante elegir un buen café en grano, ecológico y de comercio justo, que garantice una buena calidad y una producción sostenible y ética. El café en grano conserva mejor su frescura y aroma que el café molido, por lo que se recomienda molerlo justo antes de prepararlo. También es importante utilizar una buena cafetera, que se adapte al tipo de café y al gusto personal. Existen diferentes tipos de cafeteras, como la italiana, la francesa, la de émbolo o la de goteo. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, pero lo importante es que estén limpias y en buen estado. Así mismo como lo hemos tratado en este blog es muy importante moler el café justo antes de prepararlo.
Otro aspecto clave para preparar un buen café es controlar la temperatura y el tiempo de extracción. El agua debe estar entre 90 y 96 ºC, ni muy fría ni muy caliente, para extraer los aromas y sabores del café sin quemarlo. El tiempo de infusión o extracción depende del tipo de cafetera y del grado de molido, pero en general no debe superar los 4 minutos. Si el tiempo es demasiado corto, el café quedará aguado y sin sabor. Si el tiempo es demasiado largo, el café quedará amargo y ácido. También hay que ajustar la proporción de café y agua según el gusto personal. Lo recomendable es usar entre 7 y 10 gramos de café por cada 100 mililitros de agua, pero se puede variar según se prefiera un café más suave o fuerte.